No por más prevista, la muerte de Hugo Chávez dejó de tomar por sorpresa a los venezolanos, ayer a las 5.30 de la tarde, cuando su vicepresidente, Nicolás Maduro, anunció, lloroso, en compañía del Alto Mando Militar y de los directores de todos los poderes públicos, el deceso del mandatario.
«Recibimos la información más dura y trágica que podemos transmitir a nuestro pueblo. A las 4.25 de la tarde ha fallecido nuestro comandante presidente Hugo Chávez luego de batallar duramente con su enfermedad durante casi dos años», señaló Maduro.
El vicepresidente indicó también que la Fuerza Armada estaba tomando el país como previsión de posibles disturbios. «A nuestros seguidores, los llamo a tener calma, a ser garantes de la paz. A los que adversaron al presidente a lo largo de estos años, a que respeten el dolor del pueblo», indicó Maduro.
El líder de la oposición y gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, señaló en dos tuits: «Mi solidaridad a toda la familia y seguidores del presidente Hugo Chávez, abogamos por la unidad de los venezolanos en este momento». Y en otro aifrmó: «En momentos difíciles, debemos demostrar nuestro profundo amor y respeto a Venezuela. Unidad de la familia venezolana».
Minutos después del anuncio de Maduro sobre el fallecimiento de Hugo Chávez, que había regresado hace justo dos semanas de La Habana, luego de una cuarta operación contra un rabdomiosarcoma del músculo Psoas, el ministro de la Defensa, almirante Diego Molero, anunció que tomaba militarmente el país para garantizar la seguridad.
«La Fuerza Armada Venezolana está cohesionada para cumplir la Constitución y hacer respetar la voluntad de Chávez que murió aferrado a Cristo», indicó. En Caracas, cientos de partidarios de Hugo Chávez se congregaron frente al hospital Militar, en el que el presidente pasó las últimas dos semanas de su vida, así como en el palacio de Miraflores, y en la céntrica plaza Bolívar.
Mientras, la mayoría de los ciudadanos intentaban llegar a sus hogares, con un colapso del transporte público y del Metro, cuyos altavoces llamaban a la calma a los usuarios. El sistema fue liberado y operaba gratuitamente. Los comercios cerraron preventivamente sus rejas y atendían a quienes hacían compras nerviosas, principalmente de alimentos. Pero no se registraron sucesos especialmente violentos. La Universidad Central de Venezuela suspendió sus cursos indefinidamente, y otras universidades ordenaron a sus alumnos no presentarse al menos hasta el lunes 11 de marzo.